jueves, 28 de julio de 2011

¿Qué harías si no tuvieras miedo?... Por Elena Savalza

A pesar de todo, hoy fue un buen día…
La cantidad de trabajo que tengo, podría venderse a granel, se los prometo. Mi madre me dice que “el que a muchos amos sirve, con alguno queda mal” y hoy, entendí el significado de eso:
Por estar clavadísima en el proyecto que me tiene en Colima, no pude llegar a Manzanillo a una importante reunión y me siento un poco mal por eso. Creo que mi sentido de responsabilidad, me lo está reprochando. De pronto, tuve que decidir entre donde era más necesaria… y me quedé acá.
Pero de cualquier forma, estoy feliz. Hoy, al salir de la oficina, me sentía abrumada por tantas cosas qué hacer, así que decidí irme caminando al centro.
Para quienes no conocen Colima, les diré que el centro, es uno de los más bonitos que he visto recientemente: me encanta verlo, todo verde, lleno de árboles, plantas, palmeras… Sobre todo, me encanta ver una fuente enorme, que está en el jardín principal, frente a Palacio Federal.
Como estaba cansadísima, me senté un momento a ver pasar la gente y a ver el agua de la fuente. Me quedé escuchando su sonido, extrañando un poco Manzanillo. Si esto lo hubiera sentido estando allá, habría corrido de inmediato a la playa, para calmar mis nervios.
Estaba sentada, frente a la fuente, observando a la gente que pasaba. De pronto, vi una escena que llamó mi atención:
En una banca cercana, estaba una chica, aproximadamente de unos 20 años, no creo que tuviera más, jugando con su Black Berry, supongo que en Facebook o en Twitter… no lo sé.
El caso es que, está chica estaba completamente aislada del mundo. En eso, se acerca un chico que caminaba hacia ella y se sienta en su misma banca, pero a distancia prudente.
Quiero creer que no se conocían, pero en cuanto ella lo sintió, lo miró de reojo e instintivamente el perfil de su cuerpo lo cambió hacia el lado opuesto de él.
El chico volteaba a verla y luego se volteaba hacia otro lado, como fingiendo que no la veía. En unos minutos, la chica se levantó y se fue.
Como acabo de terminar de escribir una novela (espero que algún día la vean publicada y la compren, eh!), mi imaginación andaba a tope, así que me puse a pensar en esa pareja de chicos:
Quizá, él quería hablarle, entablar conversación, conocerla, pedirle su número y hasta invitarla a salir… pero tuvo miedo de que lo rechazara.
Quizá, ella tenga novio o no lo tenga, pero evidentemente, se puso una tremenda barrera, de esas que nos ponemos muy seguido (me incluyo) por apatía… o por miedo. Sí, miedo a mostrarnos vulnerables y a ser como somos, porque quizá creemos que no somos lo suficientemente buenos o que la gente que se nos acerca, nos va a lastimar.
Regresé a casa y (¡se los juro!) pensé en leer un libro sobre Comercio Exterior, escrito por Eduardo Reyes Diaz-Leal.
Pero entonces, por alguna razón, vino a mi mente la escena de los chicos del jardín y, también una pregunta:
“¿Qué harías si no tuvieras miedo?”

Pensé en todas las cosas que a mis casi 29 años he dejado de hacer, por miedo (cada vez menos, gracias a Dios):
Por miedo a las burlas, a caerme y a lastimarme, no aprendí a andar en bicicleta…
Por miedo a ahogarme, no aprendí a nadar…
Por miedo al rechazo, muchas veces me quedé con ganas de conocer a alguien…
Por miedo a que me rompan el corazón, muchas veces he preferido “retirarme a tiempo” para no enamorarme…
Por miedo a engordar, no me comí los deliciosos tamales que tanto se me antojaron hace un rato que pasó la camioneta que los vendía…
Por miedo a sufrir más, no leí los correos electrónicos de mi ex novio…
Por miedo a que crean que soy débil y cursi, muchas veces me he comportado como una cínica sin escrúpulos, cuando no lo soy del todo… (Está bien… a veces soy ¡francamente insoportable!).

Y podría continuar con mi lista de miedos y seguramente me llevaría toda la noche…
Sé que el miedo, cumple una función importante: te avisa cuando hay peligro y, usado racionalmente, te ayuda a ver todos los ángulos de un problema, para tomar una buena decisión. Sobre todo, cuando está de por medio algún cambio radical.
Sin embargo, cuando el miedo se vuelve en el factor principal de nuestra vida y nos paraliza, entonces sí, se convierte en el verdadero Monstruo…
¿Nadie queremos vivir con un monstruo en casa, o si?
Piensa en todas las cosas que has dejado de hacer por miedo y piensa, si de verdad vale la pena tomar tantas precauciones siempre. Quizá descubras, como yo, que arriesgarse de vez en cuando, también puede traer grandes recompensas a tu vida.
Por eso, la misma pregunta que me hago en este momento, te la hago también a ti:
¿Qué harías si no tuvieras miedo?
Nos leemos pronto y gracias por seguirnos…

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2 comentarios:

  1. Hola Elena, aqui me tienes de nuevo leyendote...
    bueno, respondiendo a tu pregunta y anexando algo breve, segun el diccionario, el miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. y como experiencia propia te comparto que hace ya muchos años (8 aprox pueden ser mas pueden ser menos) mientras estudiaba la secundaria debo admitir que tuve miedo... nunca he sido una persona delgada y mi miedo era ese precisamente el rechazo por no ser como los demas y no digo que fuera la unica de mi salon ni mucho menos de la escuela, pero siempre me invadio ese miedo... y ahora que he crecido ( casi no he cambiado) me doy cuenta de que el miedo es solo una tonteria que algunos deniminaron asi para sugestionar a las personas para que se creyeran debiles cuando no lo son... ahora no tengo ese tipo de temores creados por mi mente los pocos que conservo son por experiencias vividas y son mas bien hacia animales como serpientes o alacranes, de ahi en fuera no creo que sea necesario temerle a algo mas...
    Bueno, creo que me extendi con mi comentario, pero hay mucho que hablar sobre ese tema en particular pero bueno! jijiji te dejo entonces mi comment y un saludo deseando que te vaya super bien en tu trabajo y ánimo, el chocolate desestresa asi que te recomiendo una rica tablilla de chocolate y no tengas miedo a engordar! caray... ahora se que muchos nos prefieren con un poquito mas de volumen que un simple hueso parado quejandose jijiji

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  2. Si no tuviera miedo,no viviria dividida,el miedo te aisla,te separa de la gente que a veces quieres seguir conociendo y por miedo la dejas de lado.Cuando se vuelve una enfermedad como el ataque de panico,controla tu vida,tus sentimientos. y te paraliza.Es tremendo.

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