En esta semana, ha comenzado en varios medios electrónicos, una campaña publicitaria que ya hace tiempo se venía llevando a cabo también en la prensa impresa, dirigida hacia las mujeres actuales, impulsada por una marca mexicana de ropa interior. Para mayor referencia, les comparto el link: http://10mandamientos.com.mx/
Esa campaña, nos invita a crear como mujeres, nuestras propias reglas. No las que la sociedad o la costumbre nos han impuesto, si no las reglas que como mujeres actuales, mujeres independientes, mujeres de la vida real, nos permiten “operar eficazmente”, por decirlo en términos técnicos, nuestra forma de vivir.
Al revisar todas y cada una de ellas, definitivamente me identifiqué con la mayoría. Es muy reconfortante saber, que cada día hay más mujeres que alzan la voz y que, con pocas o muchas palabras englobadas en tan solo una frase, dicen y proyectan toda una filosofía de vida.
Sin embargo, la que titula esta entrada, fue una de las que mayor impacto me causó:
“Jamás me embarazaré por tener un hombre a mi lado”
Hace tres años, tomé una decisión “en nombre del amor”. Estaba perdidamente enamorada de alguien que deseaba fervientemente tener un hijo. Eran tales sus ganas, que contagió mi espíritu con ellas y me hizo que, genuinamente, deseara también tener un hijo suyo.
Aunque cuando él me planteó la idea, la decisión fue difícil y lo dudé bastante, jamás voy a arrepentirme de haber dicho que si, ya que fue un proceso muy bonito y que, en un principio, vivimos con mucho amor e ilusión ambos.
El desenlace de esta historia, dista mucho de haber sido un final “de cuento de hadas” y quizá en otro momento, les platique del mismo.
Sin embargo, aprendí una gran lección: algo que había escuchado antes pero que jamás, como en ese momento, sentí tan “parte de mí”…
Alguna vez, una sabia madre soltera me dijo:
“Los hijos, muchas veces son un accidente biológico en la vida de los hombres. Cuando decides embarazarte para retenerlos, debes tener en cuenta que en la medida que aman a la madre, amarán a su hijo. El pilar de una familia es la pareja, si ésta es sólida, la familia también lo será”.
De alguna forma, mi decisión de embarazarme, estaba ligada al deseo de que él permaneciera a mi lado, pero en el momento cumbre, no tuve la respuesta que hubiera deseado o que esperé. Sobra decir, que nuestra relación terminó, junto con mi “sueño alquilado” (y en ese momento, también frustrado) de ser madre.
Pero entonces lo entendí: Lo más importante, antes de formar una familia, es tener una relación de pareja tan firme, que proporcione los cimientos necesarios para sostener a la familia futura.
Sé que el amor no se piensa, no se decide… solamente se siente y se vive. Muchas veces, puede ser tan fuerte, que incluso nos parecerá que durará toda la vida. Yo me atreví a vivirlo y tampoco de eso me arrepiento, porque hubo momentos verdaderamente hermosos y felices.
Pero una relación, va mucho más allá de lo que con los “lentes rositas” del enamoramiento podemos percibir.
Una relación de pareja, es un proyecto de vida. De entrada, debes tener claras tus expectativas, saber qué quieres recibir, qué esperas… pero también, que estás dispuesto a aportar, para que ese proyecto se lleve a cabo exitosamente.
Entonces, solamente teniendo esta solidez, es que puedes pensar en una “familia”, como tradicionalmente nos la pintan (papá, mamá y el hijo), pero no al revés, porque si no, es como empezar a construir una casa sin cimientos…
Un hombre que no te ama por lo que eres, que no le aporta nada a tu vida, no se quedará a tu lado únicamente por la paternidad.
Pero aunque se quedara… ¿lo querrías contigo? ... Yo, definitivamente, NO.
Te mereces estar con alguien, con quien puedas formar lazos constructivos y que te aporte mucho más que un espermatozoide o “el otro cromosoma”.
Te mereces estar con alguien, que como pareja, te dé su apoyo para que sigas siendo una mejor persona y como padre, te ayude a educar a ciudadanos de bien.
Si decides embarazarte, hazlo porque realmente deseas ser madre. Si estás dentro de una pareja, en condiciones estables y con una relación madura y sólida… ¡Felicidades!, seguramente será una gran bendición para ambos.
Pero si, por azares del destino, te toca vivir esta etapa sola, recuerda que por algo Dios te ha elegido para ser madre y no debes tener miedo de portar, en algún momento, la etiqueta de “madre soltera”, porque a la postre, se convertirá con dignidad, en una etiqueta de “soy madre y padre y mis hijos están orgullosos de mí”.
Conozco infinidad de mujeres, incluidas mis hermanas y muchas de mis mejores amigas, que decidieron sacar adelante a sus hijos ellas solas, sin necesidad de permanecer al lado de un hombre que no las amaba ni las respetaba por lo que eran…. ¡Y lo están haciendo de maravilla!
Por eso, como ellas y como muchas, te invito a que, también tú, te respetes y nunca te permitas utilizar a un hijo para intentar retener a tu lado a un hombre, porque a la larga, no resultará…
En las próximas colaboraciones, estaremos ahondando en reflexiones sobre estos sencillos, pero importantísimos mandamientos, para cambiar como mujeres, las reglas del juego que nos está tocando vivir.
Gracias por seguirnos leyendo y compartiendo nuestros enlaces… ¡Un abrazo a todos nuestros lectores!
*Pintura de Roberto López López
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