martes, 4 de septiembre de 2012

De las galletas de la suerte y otras lecciones del tercer piso... Por Elena Savalza


Comía en un restaurante japonés de la Ciudad de México, en mí más reciente visita, unos días antes de mi cumpleaños. Estaba sentada, nada más y nada menos que del lado izquierdo del “amorcito platónico” del que les conté hace algunas entradas. Entre bromas, kushiages, sushi y salsa de soya, contemplaba de perfil los preciosos ojos verdes que me siguen trayendo medio loca, por más esfuerzos que hago por no recordarlos y que me siguen arrancando la misma sonrisa estúpida al recordarlos mientras escucho su voz por teléfono, aunque sea sólo para checar avances en el único asunto en común que tenemos (hasta ahorita): el trabajo.

Al terminar de comer y pedir la cuenta, el Mesero nos acercó a todos (¡Ups! Casi lo olvido, pero además de nosotros había 3 comensales más en mi mesa) una galleta de la suerte. Todos abrimos nuestra galleta y uno a uno leyeron el mensaje que venía al interior. Mi sonrojo fue enorme al abrir mi galleta y sacar mi mensaje:

“No confundas tentación con oportunidad”


¡Vaya, vaya! ¡Ni siquiera lo leí en voz alta! ¿Comía a un lado de la “tentación”? ¿Tenía a mi lado una “oportunidad”? No lo sabía, pero sí sé que cuando leyó mi mensaje, taladró con su mirada la mía, sonrió de manera cínica y dobló el papelito para regresármelo de inmediato. Desde ese día, no he dejado de pensar en el mensaje que encerraba esa frase.

Siempre he creído que las oportunidades se presentan sólo a quienes son lo suficientemente receptivos para interpretar las señales que las acompañan. Muchas veces, el éxito en cualquier aspecto de la vida depende de la preparación, la disciplina y el esfuerzo constante que rendirán frutos justo en el momento correcto o en el “oportuno”, siempre que sepamos identificar cual es este. Pero… ¿y las tentaciones? Supongo que esas siempre están allí, intentando distraer nuestra atención y desviarnos del camino trazado hacia nuestras metas. A lo mejor ni siquiera es tan malo caer en ellas, porque estoy segura de que siempre significarán un aprendizaje. Seguramente nuestro camino sería más rápido sin estos obstáculos, sin embargo, no cambiaría por nada algunas tentaciones en las que he caído en mi vida. Sólo sé que ahora todo aquello, tentación u oportunidad, forma parte del camino escalado y aprendido durante los “3 pisos” que forman parte del almanaque de recuerdos y experiencias de mi vida.

Y así, desde el balcón de mi “tercer piso”, quiero compartir con ustedes algunas reflexiones con las que inicio mi nueva década:


Permite que te alcancen las cosas indicadas, dejando de perseguir las equivocadas. A veces nos aferramos tanto a las cosas que creemos correctas que la perseverancia se vuelve obstinación. En este tiempo he aprendido que es una habilidad absolutamente necesaria, casi vital, el aprender a soltar las riendas de vez en cuando. Sólo permitiendo que la naturaleza y la energía propia de la vida hagan su parte, es que lo bueno y lo necesario para nosotros podrá alcanzarnos. El resultado seguramente valdrá la pena.

Ser soltera es una maravillosa oportunidad de enamorarte de alguien más: de ti misma. A mis 30 años he conocido el amor y el desamor, la alegría de la vida en pareja, el romance de quien recién comienza una relación, la miel, las palabras cursis y tiernas, los detalles románticos, las serenatas, peluches, flores y hasta uno que otro anillo (¡aunque no lo crean!). Sin embargo, es justo ahora cuando valoro a la primera persona que debí amar desde siempre y que sé que me acompañará por el resto de mi existencia. En mis mejores momentos y en los peores: YO soy todo lo que tengo y estoy feliz por ello.

Amar lo que haces e imprimir pasión en ello, es una llave segura hacia el éxito. Creo que no hay persona con mejor fortuna que aquélla que puede levantarse todos los días y salir a “trabajar” sin sentir que lo hace. Me considero una de ellas y eso me hace sentirme maravillosamente bien. Tengo un trabajo útil, que me permite involucrar mi creatividad, que trasciende y con el que puedo influir en otras personas y que, a corto o a largo plazo, me regala todos los días gratificaciones tangibles: sólo por eso, independientemente del beneficio económico, debo considerarme exitosa porque no cualquiera puede presumir amar lo que hace.

No dejes de bailar porque no sea bien visto. Y tampoco dejes de reír, ni de gritar, ni de hacer todo lo que te haga feliz porque alguien más diga que no es correcto. La felicidad está hecha de pequeños instantes y de pequeñas locuras. Al final del camino, estos pequeños chispazos de alegría y de rebeldía serán los que te den fuerzas en los momentos difíciles. La única persona a quien debes complacer es a ti mismo.

Cuando te pierdas, vuelve al principio. Siempre tendrás la oportunidad de volver a empezar, no importa las veces que te equivoques.  La vida es una serie de ciclos que deben ser cerrados. Unas veces estamos abajo y otras veces arriba, al centro o a los lados, porque la vida es así y el cambio es lo único constante. En el camino siempre podemos equivocarnos, desviarnos o extraviarnos. Esto no es el fin del mundo si aprendes las lecciones que en cada paso y en cada obstáculo la vida tiene para ti. Siempre, por más bajo que se caiga, hay una oportunidad de levantarse y por más lejos que se llegue en dirección equivocada, con fe y voluntad podemos retomar el camino correcto.

Cuando tu cabeza no pueda decidir, sigue a tu corazón.  Suelo pensar y buscar  alternativas para todo, los pros y los contras. A veces me agobio tanto que nunca sé que es lo correcto. En los últimos meses, sin embargo, he practicado el seguir a mi corazón. ¿El resultado? Soy menos perfecta, pero mucho más feliz.


Hoy les dejo estas líneas como bienvenida, en espera de descubrir las sorpresas y experiencias que esta etapa recién iniciada seguro tiene para mí.

¡Gracias por seguirme leyendo y hasta pronto!


Gracias por seguirme:
Todos los martes, mi columna “Desde mis ojos…” en www.letrafria.com
En Facebook, busca la página Mujeres Adictas a los Monstruos y da click en “Me gusta”
En Twitter, sigue a @princesas_ind y a mi cuenta personal @elenasavalza

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos gustaría conocer tu opinión. ¿Por qué no nos dejas un comentario?