Bueno, mi nombre no es importante… así que he pedido se mantenga en secreto, me presentare como “La Condesa”… No demerito de ninguna manera a las princesas sin embargo no quiero ser una de ellas.
He seguido muy de cerca todas y cada una de las publicaciones de “mujeres adictas a los monstruos”, la cual me parece excelente. En algunas ocasiones de mi corta vida he convivido con algunos de estos especímenes, SAPOS, creo que conviví demasiado, al punto que de alguna manera u otra adquirí ciertas características de ellos.
Dice un dicho “El que con lobos anda a aullar se enseña” yo no hablare de lo que ellos me hicieron, o en lo que me convirtieron, pues creo que todo lo que he vivido solo ha sido cosa mía porque yo lo permití de alguna manera.
Pensando en todo lo que algunos hombres hacen a mis amigas me puse a reflexionar, y llegue a una conclusión dolorosa para mi… ¡¡¡soy una mujer sapo!!! Quizá una de hojalata.
No es por presumir pero tengo a mi lado un príncipe, no uno azul ni montado en un blanco corcel, uno más bien moreno, trabajador, tolerante, amoroso, respetuoso, sobre todo comprensivo y guapo… se preguntaran ¿qué pasa?, ¿cuál es el problema?, pues bien… el problema soy yo. Vivo buscando problemas, que me diga mil veces que me ama para comportarme de la manera más indiferente, cuando empiezo a sentir que se aleja vuelvo a ser la mujer más dulce y comprensiva, después ya que vuelvo a sentirme segura, soy igual o peor que antes, obsesiva, problemática, engreída, súper poderosa, esa mujer que todo lo puede y que nada le preocupa o le afecta. Esa mujer que reconoce todos sus defectos, pero que no hace nada por corregirlos, y no porque él no me importe, lo amo con el corazón, sin embargo no lo sé demostrar, o no he aprendido a canalizar mis emociones para expresarlas de la mejor manera, siempre compitiendo, demostrando que no solo nosotras somos víctimas, sino que podemos ser victimarias, cosa que hasta el momento me ha salido de maravilla.
Amigas, las invito a reflexionar. ¿No será ese bendito karma el que se regresa? ¿No será acaso que todas llevamos un sapito dentro? Quizá si nos pusiéramos a pensar en la raíz de nuestros problemas, e hiciéramos algo para corregirlo, nuestras vidas amorosas serian distintas, por mi parte yo me comprometo hoy, no con ustedes, sino conmigo misma: encontrar el porqué de mi sapo interno y destruirlo. ¡Feliz fin de semana!
Super excelenteeee ... para reflexionar y muchoooo
ResponderEliminarJum... Yo estoy al revez... Creo que necesito algo de sapo en mi jajaja! Excelente entrada!
ResponderEliminarmuy bueno, eso mismo me paso, digamos que ando en periodo de acabar con mi sapo interno, saludos!!! excelente!!
ResponderEliminar