jueves, 6 de octubre de 2011

"Cerrado por Remodelación"... Por Elena Savalza

Hace unos días, cuando regresábamos del cine después de ver “Loco y Estúpido Amor”, con Ámbar y Ricardo (por cierto, muy recomendable… Se reirán horrores si la ven), le comentaba a Ámbar que estaba pasando por una especie de “sequía lingüística” de esas que me dan muy seguido, sobre todo cuando tengo muchas cosas en las cuales pensar.

Pero, como buena escritora aficionada, sé que la mejor forma de comenzar es con la primera línea y lo demás fluirá solo, así que veamos qué sale…

Estoy comiendo hoy en el Simplemente Deli de Colima, después de una mañana de trabajo no muy productiva y pensando en el montón de cosas que podría estar haciendo si me hubiera quedado en Manzanillo y de las cuales desde acá no me puedo ocupar.

De pronto me pongo a observar los andamios de los chicos que están en la parte de afuera haciendo arreglos a la fachada del lugar y, entre tweet y tweet, me dan ganas de escribir.

Viendo a los albañiles, recuerdo la infinidad de veces que he visto cómo de pronto, en algún local, cuando hay gente trabajando en la construcción, aparecen letreros o cintas diciendo algo como esto:

“Precaución: Cerrado por Remodelación”

Pues ayer, me pasó algo así…

Resulta que un chico me hizo una pregunta que no estoy acostumbrada a responder:

¿Qué dice el amor para Elena ahora?

Normalmente me caracteriza una bien entrenada elocuencia, a fuerza de tanto escribir, no solamente entradas para el blog, sino también en mi trabajo habitual como Consultor, Instructor o Auditor.

Sin embargo, a pesar de estar acostumbrada a que la gente me lea y me escuche y de igual forma, a leer y a escuchar tanto como puedo absorber para aprender, muy pocas veces me detengo a escuchar con todos los sentidos a mi corazón y mucho menos, al amor.

Sé cuándo duele, porque normalmente lloro. Pero… ¿de verdad lo escucho?

Ayer contesté lo primero que vino a mi mente, cuando este chico me preguntó qué decía el amor para mí. Le dije que por el momento no me hablaba, porque estaba demasiado ocupado dándole tiempo al trabajo, que requería muchísimo más de mi energía y mi concentración que el amor, el cual pasaba, por el momento ,a segundo término.

Me dijo que, probablemente, el amor me estuviera hablando, pero que quizá yo no le estaba dando la continuidad y el seguimiento que necesitaba. Y lo sé, absolutamente nada en esta vida se logra sin seguimiento…

Siguiendo con mi coraza de autodefensa, le dije que el único “proyecto inconcluso” en cuestión de amor, que tenía en este momento, ya no era rentable ni factible, por lo cual ya tenía que pasar desde hace tiempo al archivo muerto, aunque insistiera en levantar la voz dentro de mi corazón.

Pero de verdad… ¿sólo eso me dice el amor?

Hace un momento, de improviso, como muchas veces nos habla,  al ver a los albañiles trabajando, encontré la respuesta:

Muchas veces tratamos de “cerrar el corazón” por someterlo a un proceso de “remodelación”, del cual no tenemos muchas veces un “plano asertivo”, por lo cual sucede también que en la mayor parte de las ocasiones esa remodelación nunca termine.

Entonces, el corazón permanece indefinidamente “cerrado por remodelación”… sin tener fecha de reapertura.

Sin embargo, para que el corazón pueda ser “habitado” por el amor, debe tener ciertas condiciones de seguridad y comodidad. Así como nosotros no podríamos vivir en una casa en ruinas o eternamente en construcción por temor a que se nos viniera encima, tampoco el amor puede habitar en un corazón que no está listo.

Y el mío, desde hace mucho tiempo, se encuentra “cerrado por remodelación”… solamente que esta remodelación, ya duró más tiempo de lo previsto, porque ni siquiera tenía un plan para ello (y no lo tengo ahora), pero más aún, porque ni siquiera me había atrevido a reconocerlo, hasta que mi amigo me encaró con esta pregunta.

Y bueno… aunque mi corazón siga teniendo cintas de “precaución” y siga habiendo andamios por todas partes, mi propósito hoy es que, en algún momento, estará listo para una reapertura.

Muchas veces el cerrar el corazón pudiera ser lo más seguro sobre todo cuando nos ha ocurrido un "desastre", sin embargo, un corazón permanentemente en “obra negra” termina por abandonarse.

Debemos aprender, que cada día la vida, el tiempo, la gente o nosotros mismos, provocamos ciertas fisuras o desperfectos en nuestro corazón, eso es inevitable: todo se deteriora por el uso, pero también, por el des-uso. Un corazón sin usarse, termina por ser una propiedad en ruinas, que nadie quiere ni puede habitar.

Lo más importante, es que cada una de esas fisuras puede tener arreglo, todo es cuestión de querer…

Así que, si tú como yo, tienes puesto en tu corazón un letrero de “Precaución: Cerrado por Remodelación”, te invito a que de una vez por todas, comiences la reconstrucción y por fin, te decidas a habitarlo de nuevo.

¡Nos leemos pronto y muchas gracias por seguirnos!

Ahora más cerca de ti:

En Facebook, busca la página "Mujeres Adictas a los Monstruos" y dále "Like"
En Twitter, sigue a @princesas_ind y a mi cuenta personal @elenasavalza

1 comentario:

  1. MUY BUEN RELATO Y LA VERDADES QUE SI SE OCUPA UAN REMODELACION JJAJJAJA

    ResponderEliminar

Nos gustaría conocer tu opinión. ¿Por qué no nos dejas un comentario?