No me parece que se pueda amar a dos personas a la vez, pero estoy segura de que definitivamente se puede querer (de cariño) y desear a dos personas (tal vez más) a la vez. Nunca he sido la persona más estable emocionalmente hablando… Pero por lo menos en mí funciona que cuando amas a alguien es a esa persona y punto. No así en el querer que te permite disfrutar de la cómoda situación de "tener" sin "tener" a dos personas a la vez. Y es que las historias de 3 son así: cómodas. En mi caso particular, fue al revés (y quizás por eso dejó de ser divertido) Era él, y su novia de años y yo… la que primero fue su amiga de la maestría y después fue su alma gemela.
Pasábamos todo el día juntos, cuando había trabajos en "equipo" (de dos) de una u otra manera terminaba quedándose en mi casa… Mil momentos, espacios y un millón de cosas compartidas… Su novia nunca me importó. Yo lo tenía a él conmigo y el tiempo que le quedara a él libre con ella, era tan frío y tan mínimo que me tenía sin cuidado. Fue año y medio de historia feliz, yo seguía sintiéndome libre de salir con quien quisiera, cuando quisiera… pero lo tenía a él siempre. Él no parecía muy contento de mi libertad, pero finalmente no podía decir nada. A mí me resultaba incluso divertido. De alguna extraña manera, yo me sentía plena, completa e insisto libre. Pudieron haber pasado muchos años más así… ¿Qué pasó? caí: dejé de querer, me enamoré y no sólo eso, decidí amarlo. Tonta pero totalmente necesaria decisión. No podía luchar contra el sentimiento.
Llegado el momento, le dije, primero de manera sutil, que necesitaba espacio, que quería que nos alejáramos un poco para poder ordenar sentimientos (cómo si éstos en realidad se pudieran ordenar) Él no dijo mucho, sólo que comprendía y que me daría el espacio. No lo hizo, no pudo. Se alejaba unos días… a veces una semana y luego volvía todo a la "normalidad". Intenté de muchas formas diferentes, por espacio de un año... Nada... volvíamos como dos imanes que simplemente no podían separarse. Y entonces la historia feliz se convirtió en un huracán que no me dejaba sentirme bien en ningún aspecto.
Finalmente, decidí hablar las cosas de frente y sin rodeos. Nos citamos en un parque, comencé a reclamarle el hecho de que no me dejara ir… él se puso a la defensiva, haciéndome sentir como una loca que imaginó todo en su mente... Intenté salir corriendo y me detuvo, lo miré a los ojos y le solté una de las frases más difíciles que he pronunciado en mi vida: Te amo y SÉ por la forma en que me hablas, me tratas y me miras que también sientes algo por mí.
Él bajó la mirada y me pidió que nos sentáramos en una banca. Caminamos en silencio. Se sentó, con la cabeza agachada entre sus manos… los minutos eternos pasaron y comenzó a llorar. Aún no sé cómo yo, la reina del llanto me mantuve tranquila. Me miró y me dijo: Sí, si siento algo por ti, pero también por ella. No pude pedirle que se quedara conmigo. Nunca me pareció que fuera mi decisión. Le pedí que se fuera y me dejara sola. No quería, lo obligué. A penas empezaba a alejarse cuando volteó y me pregunto -¿Qué dijiste?- Yo no había dicho nada. Insistió. Aún no tengo idea de qué escuchó, voces internas que quiso callar durante mucho tiempo, supongo.
Ahí me quedé un rato, sola, viendo a la gente pasar… Ni una lágrima. Después de un rato me subí al carro y entonces sí comencé a llorar. Sonó mi celular, era él, preguntándome si estaba bien… ¿¿?? -Claro que no estoy bien, pero voy a estarlo una vez que lo supere, adiós. No hay nada más que decir-. Manejé un rato y luego fui a casa de mi mejor amiga, lloré y lloré con ella y el resto de la noche. Al otro día intercambiamos un par de mensajes, nada trascendental.
Pasaron unas semanas, y como imanes de nuevo, despacito y poco a poco de nuevo juntos. No podía creerlo. Finalmente tomé la decisión, si él no estaba dispuesto a sacarme de su vida, yo tenía que hacerlo, por mí misma, porque necesitaba superarlo y estar bien. Lo hice. Lo borré del facebook, msn, celular… tiré todo aquello que se relacionaba y le envié un último mail. Un tanto molesta diciéndole que lo estaba sacando de mi vida. Que se quedara con su novia y la respetara como tal, que yo me iba y no quería nada más.
Me contestó el mail diciéndome que se sentía muy mal, que le dolía mucho todo lo que yo ponía y haberme hecho tanto daño… quedamos de platicar por chat… de nuevo lo agregué. Ésta vez sí fue la última plática. Discutimos, terminé por decirle que era o un cobarde o un cabrón… al final contestó: -pero es que yo TE QUIERO- Después de un rato de contemplar la pantalla, escribí mis últimas líneas: -lo siento, pero es demasiado tarde.-
Intercambiamos un par de mails casuales. La última vez que lo ví, me lo topé en una exposición de arte, frente a una de mis fotos, nos dimos un largo abrazo y mi corazón se aceleró de una manera impresionante. Dijimos todo con la mirada. Me despedí de él y seguí el recorrido con mis amigos. No lo volví a ver. Tardé mucho tiempo en sacarlo de mi vida. Lo logré. Nunca terminé de entender su decisión (o la falta de ella). Finalmente se casará con su novia. El día que me enteré (de una manera bastante casual) no sentí absolutamente nada. Aprendí muchas cosas de él, de nosotros, y por lo menos yo puedo querer y desear a dos o más hombres a la vez… amar es otra cosa.
me encantóóó´<3 <3 <3
ResponderEliminarexcelente!!!
ResponderEliminarbravo! de pie aplaudo!
ResponderEliminarSaludos
Rick H
Excelente!!! podemos querer y desear x convivencia, pero amar....es algo mas!!
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