miércoles, 4 de mayo de 2011

"Querido Monstruo"... Por Elena Savalza

Estoy luchando con un monstruo al cual no pensé enfrentar ... y que nada tiene que ver con Príncipes y Sapos…

Querido Monstruo:
Me costó trabajo comenzar a escribirte. No es fácil quitarme la máscara ante ti y ante todos, cuando para los ojos de la multitud nuestra relación es perfecta y sonrío feliz mientras vigilo que mi maquillaje no haya corrido por el calor infernal de los últimos días. Debo estar siempre perfecta y con el cabello en su lugar para la fotografía que en algún momento nos tomaremos y que quizá aparezca en algún medio… “porque así es el mundo de la farándula”.
Tengo muy pocos meses contigo, lo sé. Quizá tú pienses que estoy claudicando  sin intentarlo lo suficiente y te prometo que te comprendo perfectamente, pues la misma duda me asaltó a mí.
Seguramente me has notado distraída y ausente y te confieso que si por mi fuera, no volvería a ti mañana ni nunca más… Pero las cosas no se hacen así. Desde el comienzo hasta el final, debo portarme a la altura de las circunstancias.
Las comparaciones son odiosas y, realmente, detesto faltarte al respeto, pero extraño al otro… Sí, extraño muchísimo a tu antecesor. Lo extraño tanto que cuando lo veo, sigo sintiéndome inminentemente atraída por él, a pesar de todo lo que mi razón pueda decirme.
Siendo totalmente honesta (¿has notado que me encanta decir “totalmente honesta” últimamente?), creo que lo extrañé desde el día en que lo dejé. En su momento, mis razones pudieron parecer completamente válidas ante mis ojos y ante los ojos de la mayoría. Era cuestión de respeto y lo sucedido al final, no dejaba la menor duda de que debía dejarlo. Sin embargo, en el último momento, tuve la esperanza de que él hiciera algo por detenerme… No lo hizo y mi orgullo no me permitió mover un solo dedo para dar marcha atrás, así que contra la tristeza que me pudo haber causado, decidí alzar la cabeza y no voltear para ver lo que dejé; con la esperanza de que encontraría en el futuro algo mucho mejor…
Aún así, lo extraño… y lo extraño mucho…
Extraño la pasión que me generaba el estar allí, más allá del cansancio por el arduo esfuerzo que significaba mantenernos a flote juntos…
Extraño la sensación de sentirme necesaria, casi inmaculada e indispensable…
Extraño el dejar huella y el ver la transformación de todo cuanto tocaba…
Extraño la admiración a mí alrededor y lo que mi presencia generaba en quienes me conocían…
Extraño los viajes, las noches en hoteles de cualquier parte, las ciudades nuevas, la gente nueva. Extraño hasta las filas en el aeropuerto o las largas horas por carretera, el hacer maletas para muchas noches, el elegir la ropa cuidadosamente para parecer siempre su  “princesa perfecta”…
Extraño el sentirme en familia, el sentirme en casa…
Te encontré  y es injusto que hable mal de ti, porque realmente sé que has hecho por mi todo cuanto has podido y te lo agradezco enormemente. Me diste la mano cuando lo había perdido a él, cuando más devastada estaba y cuando la llama de la esperanza comenzaba a extinguirse.
Me cuesta mucho trabajo mantenerme a tu lado, sobre todo cuando sé que no estás tampoco en condiciones de dar más… pero yo quiero más.
Es muy complicado despertar todos los días sintiéndome vacía, sintiéndome inútil, sintiendo que en tu vida y en tu entorno no hago diferencia, que solamente soy un bonito adorno que puedes presumir ante tus amigos, que solamente añado algo de belleza y un aire de “sofisticación” a tu mundo hueco de compromisos sociales…
Tenía sueños e ilusiones; pero tu apatía, tu desinterés y tu despilfarro los han ido terminando. Es completamente imposible saber qué esperar de ti y mucho menos adivinar lo que esperas de mí…
Y sé que puedo, sé que puedo ser buena. Pero un don para ser apreciado y agradecido, tiene que ser solicitado; y realmente, no es tu caso y lo sé…
Yo sé que tú me necesitas y que puedo darte mucho más de lo que hasta el momento has requerido de mí… Pero tú no sabes cuánto me necesitas y lo que es peor, no estás interesado en averiguarlo.
Y no te puedo pedir más, porque en el fondo siento que no te he dado todo cuanto podría. Vuelve entonces, a formarse el mismo círculo vicioso que tanta energía me roba y que tantas veces me ha hecho terminar mis días con dolor de cabeza y sintiéndome cansada sin saber de qué, sin sentir que realmente me haya esforzado por mantener lo nuestro…
No es justo para ti tampoco. No es justo que me entregue a medias, porque si algo he tenido siempre con los que estuvieron antes que tú, es que me he entregado completa, sin límites, sin reservas… incluso más allá de lo que todos juzgan como “humanamente posible o aceptable”.
Debo buscar de nuevo la emoción y la pasión que eran el centro de mi vida y la razón de mi existir, porque verdaderamente me siento vacía y sin ganas de continuar. No sé donde, pero sé que debo encontrarlas de nuevo, porque a mi vida le hacen falta sentirlas.
No quiero estar contigo solamente por estar. No te lo mereces y no me lo merezco. Te respeto demasiado para condenarte a eso…
No quiero seguir buscando escapes y distracciones banales para llenar el hueco que tengo en mi interior por todo lo que no encuentro en ti. Sonrío, hago bromas, pero en el fondo, me siento como una muñeca a la que se le está rompiendo un brazo y atrofiándosele el cerebro… ¡Y siempre he estado abiertamente en contra de las muñecas huecas!... Irónico ¿o no?
Quiero recuperar mi alegría espontánea después de saber que he entregado todo. Quiero sentirme de nuevo útil, necesaria, deseada, requerida y extrañada…
Quiero encontrar de nuevo la satisfacción y el disfrute que tuve antes…
Quiero que esta relación (contigo o con otro, e incluso si volviera con el anterior) me siga dando toda la dicha a la que estoy acostumbrada…
Probablemente ahora, sea el tiempo de dejarte ir a ti también. Espero que no me lo tomes a mal, puesto que mi corazón me lo está gritando aunque mi cabeza se esfuerce por buscar alternativas menos drásticas.
Lo dejo en Dios, que seguramente sabrá mostrarme el camino que deba seguir a partir de ahora…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos gustaría conocer tu opinión. ¿Por qué no nos dejas un comentario?