Páginas

domingo, 22 de mayo de 2011

Vivir... Por Elena Savalza

Todos creemos que sabemos vivir. Nuestro corazón late, nuestra piel siente calor o frío, nuestros pulmones respiran. Tenemos un nombre, una casa y probablemente una licencia de conducir, un pasaporte o una credencial de elector que acreditan nuestra identidad y nacionalidad. Tenemos un trabajo, una familia, un perro o un gato…
Pero… ¿realmente estamos viviendo?... ¿Qué significa entonces vivir?

Para mí, Vivir es…
… AMAR con toda el alma y el corazón, incluso cuando todas tus razones apuntan a que no debe ser así; entendiendo que muchas veces el corazón tarda en ponerse a la par que el cerebro y que para los asuntos del corazón, la razón siempre estará limitada…
… ENCONTRAR en tu trabajo diario una forma de trascender y ser útil a los demás, que tiene además como valor añadido, el percibir una remuneración por ello…
… APRENDER que en cada paso, en cada acierto, pero sobre todo en cada error, se encierran las mejores lecciones que la vida nos ofrece. Es caer y levantar, con la misma fuerza y con la misma fe de quien nunca tuvo que empezar de nuevo…
… PERDONAR a quienes nos han dañado, incluso si somos nosotros mismos quienes nos tenemos que perdonar; aceptando que errar es de humanos y que en el perdón, se encuentra uno de los más maravillosos regalos que podemos dar a los demás y a nosotros mismos…
… ADMIRAR todos los días la obra de Dios, conservando la capacidad de sorprendernos por las cosas más pequeñas y menos costosas, descubriendo que lo mejor en esta vida es gratis…
… DISFRUTAR el momento que nos tocó vivir, sin pensar ociosamente en el pasado o en el futuro. Encontrar gozo en todo lo que Dios hizo para nosotros…
… COMPARTIR con amor los dones recibidos, las bendiciones, las tristezas y las alegrías con los demás; pero sobre todo, compartir la sabiduría que cada uno de estos momentos ha dejado en nosotros…
… LLORAR por lo incomprensible para nuestra mente y nuestro corazón, sabiendo que es de humanos rebelarse ante aquello que es más fuerte que nosotros. Esto no nos hace débiles, al contrario, nos permite recuperar la fuerza para soportar las adversidades…
… REIR de las cosas insignificantes de la vida, e incluso de las que no lo son, encontrando en la risa el medio para simplificar la manera de enfrentar las adversidades…
… CONOCER nuestro mundo, nuestro interior, nuestra gente, nuestros paisajes, nuestros lugares; pero sobre todo, encontrar a través de este conocimiento una nueva manera de conocer a Dios…
… ESPERAR por lo bueno, tener paciencia y confianza de que cuando trabajas por un sueño, le agregas alas a tu cuerpo para volar hacia él…
… LUCHAR contra todo y contra todos, incluso contra ti mismo, por defender tus convicciones, siempre que esto no implique dañar a los demás…
… RESPETAR nuestro entorno, nuestro planeta, nuestro cuerpo y a los que no piensan como nosotros, asumiendo que esta diferencia es la que enriquece nuestra vida diaria…
… ARRIESGAR el terreno seguro que muchas veces tomamos y exponer nuestra zona de confort, sabiendo que en la medida en que aprendamos a correr riesgos, disfrutaremos también los triunfos conseguidos…
… PERDER el miedo, perder la vergüenza, perder los prejuicios, las ideas preconcebidas, las conductas que nos hacen daño. Incluso, perder algunas batallas, pues esto nos regresa a nuestra condición humana y nos aporta una valiosa lección: la lección de la HUMILDAD…
… MADURAR con el día a día, con las experiencias vividas y el aprendizaje adquirido; sabiendo que todo el tiempo estamos aprendiendo y creciendo y que la madurez es parte de este proceso, incluso cuando implique dolor y pérdida...
… ACEPTAR que algunas cosas en nuestra vida no son como lo deseamos y que no está en nuestras manos cambiar esas circunstancias. Podemos buscar un motivo o una explicación, que simplemente encontraremos en el momento en que Dios decida mostrarnos la respuesta…
… DECIR las cosas que pensamos y que sentimos, en el momento preciso, siempre que no implique irrespetar a mi interlocutor, porque, como una vez me lo dijo un amigo: “la basura guardada se pudre y, en muchas ocasiones, carcome las entrañas del recipiente que la contiene”…
… CALLAR todo aquello que si dijéramos, dañaría a terceras personas o a nosotros mismos, entendiendo que la verdad es la mejor medicina para cualquier mal, pero que los tiempos de Dios son perfectos y, en su momento, no en el nuestro, todo aquello que necesite ser revelado saldrá a la luz…
… SENTIR el dolor, el amor, la tristeza, la alegría, la compasión, la ira, la sensación de triunfo o de fracaso; asumiendo sin culpa ni vergüenza que los sentimientos y emociones son parte de nuestra condición humana…
… PENSAR en lo que queremos y debemos hacer, preparándonos para lo que vendrá; sin anticiparnos a vivir en el futuro y olvidarnos de vivir nuestro presente…
… CONSERVAR los buenos recuerdos, los buenos amigos, la gente que queremos, las sonrisas, los besos, las caricias y los abrazos recibidos. Conservar los lugares visitados, el aprendizaje constructivo, las palabras de aliento. Guardar todo aquello que nos sirve para convertirnos día a día en mejores personas…
… CONFIAR en que el día de mañana, Dios nos tiene siempre algo mejor y que, pase lo que pase, siempre podemos volver a Él, sin importar cuánto hayamos alejado nuestros pasos de su sendero…
… SOLTAR lo que no nos sirve, lo que nos hace daño y lo que nos impide crecer; entendiendo que cada nuevo espacio en nuestra vida, en nuestra mente y en nuestro corazón, será llenado de bendiciones y cosas nuevas cuando con fe, le soltamos a Dios las riendas de nuestra vida…
… DESCUBRIR todo lo bueno y lo nuevo que Dios nos tiene guardado en todas las cosas y que cada día es una nueva oportunidad para vivir, disfrutar y aprender…
… BUSCAR fervientemente nuestros sueños, nuestra felicidad y ser cada día mejores personas…
… AGRADECER a Dios por todas las bendiciones recibidas, por despertar cada mañana y por llegar a casa todas las tardes; pero sobre todo, agradecerle por permitirnos todos los días el milagro de VIVIR…
Todo esto y muchas cosas más es VIVIR. Pero sobre todo, VIVIR es una forma verbal que se expresa siempre en infinitivo… porque VIVIR, es ACTUAR…
Por eso yo amo VIVIR y disfruto intensamente este maravilloso regalo de Dios llamado Vida
 … Y tú… ¿realmente estás viviendo?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos gustaría conocer tu opinión. ¿Por qué no nos dejas un comentario?