jueves, 24 de febrero de 2011

"REINGENIERIA" DE PRINCESAS... Por Elena S.

El martes, cuando salía de trabajar y mientras esperaba a una de mis compañeras de trabajo para retirarnos de la oficina juntas, me detuve en el estante de libros que mi jefe ha dispuesto a la orden de los empleados a manera de biblioteca. Comencé a revisar cuál de los libros no había yo leído aún y entonces me encontré uno que de inmediato llamó mi atención: “Reingeniería Personal”, el autor es Gerardo González Rocha, por Editorial Diana.
El título llamó mi atención poderosamente, ya que, como les he comentado antes, mi enfoque profesional es en parte el análisis de procesos de trabajo y en algún tiempo fui Consultor en Sistemas de Calidad para Agencias Aduanales. Como parte del análisis de procesos, muchas veces me ha tocado “rediseñarlos” para eliminar pasos que no aportan valor, reducir tiempos y optimizar recursos, lo que en el argot se le llama “Reingeniería”.
Comencé a hojear rápidamente el libro y vi que además estaba ilustrado, lo cual me atrajo más aún. Admiré la forma en que el autor, que a todas vistas también era Consultor, utilizó conceptos aplicados a Total Quality Management, Planeación Estratégica, Kaizen, entre otros; para sugerir una “reingeniería personal”.
Tomé el libro, llené la papeleta y me lo llevé a casa. Ya en la noche, después de una larga junta de trabajo con los socios de mi jefe y de haberme embutido un California Nevado y un Plátano Tempura en el Restaurant Japonés donde fue la reunión (¡Ups! ¡Lo siento Ámbar, pero hubiera reventado si no te lo presumo!), abrí el libro y una frase llamó mi atención:
“Sólo se puede cambiar quien se posee, quien dirige su propia existencia”.
A pesar del cansancio, no pude evitar detenerme un momento en la lectura y la repetición de esa frase en mi cabeza, sobre todo, de la primera parte… “Sólo se puede cambiar quien se posee”.
“¡Wow!, no cabe duda que cuando el alumno está listo, el maestro aparece”, pensé, “justo les hablaba a las Princesas en el blog sobre la necesidad que a veces surge en nosotros de cambiar al Sapo y de lo frustrante que resulta el no poder hacerlo, debido a la triste realidad: no poseemos al Sapo, no nos pertenece”.
Pero bueno, como ya nos quedó claro que no podemos cambiar al Sapo del cual nos enamoramos, debido a que no nos pertenece y no podemos dirigir su existencia; nos queda entonces hacer lo mejor que podemos con nuestra propia vida, la cual SI NOS PERTENECE y SI PODEMOS CAMBIAR.
“¿Por qué cambiar?” Van a preguntarme algunas, sin duda.  Pues bien, en algunas empresas que me ha tocado asesorar, sus procesos de trabajo fueron buenos y funcionaron en su momento, bajo ciertas condiciones. Sin embargo, llegado cierto tiempo y bajo ciertos factores como competencia, cambio en las regulaciones, globalización, etc., estos procesos de trabajo se volvían obsoletos y, para seguir siendo competitivas y rentables, las empresas debían reinventarse, incluso cuando esto implicara destruir toda una metodología de trabajo.
Lo mismo pasa con las personas: seguramente la forma en la que hasta el momento te has comportado, te funcionó en algún tiempo, pero llega cierto momento en que es necesario destruir tus “procesos” mentales y de comportamiento para dar paso a una “reingeniería”.
Usando la idea del autor del libro y mi propia experiencia en análisis y rediseño de procesos, les presento algunos apuntes para lo que yo llamé “Rediseño de Princesas”. Espero les gusten y les sean de utilidad.
  1. Estudio Situacional: Este concepto nos sugiere que debemos conocernos a nosotras mismas, pero sobre todo, reconocer qué es lo que está pasando con nuestras vidas en estos momentos.  Aquí, no hay entrada para la negación. Si estás pasando por una crisis personal, debes aceptar tus sentimientos de coraje, odio, resentimiento, rencor, angustia, tristeza. Tienes que asumirlos, dejarlos fluir y una vez que lo hayas hecho, tendrás el control sobre ellos para no permitir que gobiernen tu vida.
Debes también conocer tu entorno laboral, social, académico, emocional, sentimental, económico, físico, tu estado de salud, tener claras tus ideas, valores y convicciones.
Es muy importante, que también te veas a través de los ojos de la gente a tu alrededor y que consideres objetivamente su opinión sobre ti, tu conducta y tu comportamiento, ya que ellos podrán ver cosas que tú, quizá no veas. Recuerda que dos cabezas piensan mejor que una.
  1. Determinación de objetivos: Una vez que sabes quién eres, donde estás, cómo te sientes, lo que te gusta y lo que no te gusta de tu situación actual, viene la siguiente parte: la determinación de objetivos. ¿A dónde quieres llegar?
Esto implica aceptar abiertamente la idea del cambio.  Puede ser un simple cambio de hábitos (como dejar de fumar, dejar de comer postres, hacer ejercicio, etc.) o algo más drástico (terminar con tu Sapo, cambiar de trabajo, volver a estudiar). Es aquí donde juegan un papel muy importante los objetivos.
Tus objetivos deben ser medibles y alcanzables. No es lo mismo decir “quiero bajar de peso” que decir “quiero bajar 5 kilos en 2 meses”, ni decir “quiero hacer ejercicio” que decir “quiero correr 30 minutos al día”.
De la misma forma y hablando de Sapos y Príncipes, tienes que tener muy en claro qué aceptas y qué no en una relación para saber qué es lo que quieres. A través de tu experiencia con los Sapos, seguramente ya has identificado ciertas conductas que no te son útiles en una relación: es momento de excluirlas de tu lista para hacer específicamente el requerimiento de lo que sí estás buscando en una nueva relación de pareja.
  1. Identificación de recursos: Cualquiera que sea el objetivo trazado, debes saber con qué recursos cuentas. Y, cuando hablo de recursos, no me refiero solamente a dinero. Me refiero también al principal recurso: tus ganas, determinación y fortaleza espiritual para lograr cualquier cosa que te propongas.  Te recuerdo además, que con Dios de tu lado todo es posible. Un recurso muy importante que jamás debes olvidar, es también el apoyo de tus amigos y familia.
  2. Análisis de Riesgos: Este concepto implica, que sea lo que sea que pretendas lograr, siempre existirán factores externos que podrían dificultarte el camino. Analiza estos factores y considera de forma realista cómo es que podrían impactar en el logro de tus resultados. Debes estar siempre preparada, porque el no considerarlos, podría hacer que tuvieras muchas decepciones y hacerte desistir en el camino.
  3. Definición de estrategias: ¡Ahora sí! Estás lista para definir específicamente, qué es lo que vas a hacer. ¿Quieres aprender un nuevo idioma? Aquí es donde aplica el entrar a estudiar, seleccionar escuela, horario, etc. ¿Quieres mandar a volar a tu Sapo? Pues… aquí es donde decides cómo lo harás para salir mejor librada posible. ¿Quieres bajar de peso? Es aquí donde te pones en manos de un nutriólogo, entras al gimnasio, etc.
  4. Determinación de tiempos: La mayoría de los aspectos en el terreno personal pueden ser determinados por tiempos, excepto uno: cuando se trata de curar un corazón roto. Este es el único caso, en el cual no puedes ponerte un límite exacto, puesto que cada corazón sana a su propio paso.  Lo importante es tenerte paciencia, aceptar tus emociones y sentimientos y permitir que la vida siga su curso. Y… como ya nos dijo Ámbar… ¡amarnos a nosotras mismas!
Pero todo lo demás, si puede y debe ser programado. Por ejemplo: Tú quieres comprar un coche; debes saber el monto del coche y conforme a tu sueldo, sabrás en cuánto tiempo puedes pagarlo.
  1. Evaluación de Resultados: Una vez transcurrido el tiempo, debes revisar tus resultados para saber qué tan efectivas fueron las acciones realizadas para lograrlos. Probablemente tú encontraste al Príncipe de tu vida, al que llenó todas las expectativas y requisitos de inicio,  pero al pasar los meses, te das cuenta que es un Sapo. O quizá, te propusiste bajar 5 kilos en 2 meses, y pasado el plazo, te das cuenta de que solamente bajaste 3. Debes evaluar qué fue lo que determinaste como objetivo y que fue lo que conseguiste. De la evaluación de resultados, depende el siguiente paso.
  2. Implementación de Acciones Correctivas y Preventivas: Muy bien. Ya conoces la diferencia entre lo que te propusiste y lo que finalmente lograste. Probablemente, no fue el resultado que tú esperabas. Dentro de las herramientas de gestión de calidad, hay una muy importante que es el “análisis de causas”. Esto funciona como un examen de conciencia donde tú debes evaluar por qué fallaste al momento de conseguir tu objetivo, desde distintos aspectos, tomando en cuenta las causas internas (lo que sí estuvo en tus manos) y las externas (lo que no dependió de ti). Este ejercicio requiere de una total honestidad contigo mismo, pues de aquí dependerá el siguiente paso: ¿qué harás para que no te vuelva a ocurrir?
Por ejemplo: Acabas de terminar con tu Sapo. Ya sabemos que te sientes triste, devastada, etc., pero, una vez que aceptas esto debes pensar en qué fue lo que hiciste o dejaste de hacer para que esto sucediera de esta forma (seamos honestas, no de todo tienen la culpa los pobres Sapos). No trates de responder por tu Sapo, responde únicamente sobre la parte que a ti te corresponde. Una vez que la identificaste, aprende de esta experiencia para que, en tu siguiente relación, no vuelva a ocurrirte.
El aprender de la experiencia, implica realizar los cambios o acciones necesarias a tu conducta. Quizá fuiste muy impaciente, muy posesiva, muy fría… La siguiente vez, ya no va a pasarte, si es que aprendiste de esto.
Bueno niñas, quien me conoce va a regañarme seguramente por este artículo, porque ni en el blog dejo de enseñar sobre Calidad. Pero, ¿qué quieren que haga?, si no puedo “negar la cruz de mi parroquia”.
Espero que esta pequeña clase les sirva para lograr cualquier cosa que se propongan… Recuerden por último que “El que no sabe a donde ir, cualquier camino es bueno”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos gustaría conocer tu opinión. ¿Por qué no nos dejas un comentario?